Casi todas las mujeres tenemos el anhelo de
algún día ser madres, o al menos el anhelo de llegar a anhelar serlo.
Pero ser tía... podrá ser también un gran anhelo?
Obviamente cuando somos tíos sabemos lo maravilloso que es; los sobrinos son
esa mágica mezcla genética que de algún modo tiene algo nuestro , o eso nos gusta pensar. Con todo, ellos llegan al azar o de suerte, como un regalo del sueño o proyecto de otros,
Sin embargo, hace un tiempo me paso algo que me
hizo repensar que tal vez no era tan casual y ajena la ilusión de tener el rol
de TÍA...
Me acuerdo que estaba por nacer el primer hijo de
una amiga muy querida y necesitaba un moisés para los primeros días de nacido;
sabiendo yo que mi hermana, madre de adolescentes, tenia uno, fui a pedírselo.
Ya en su casa, en medio de una animada charla ella se dispuso a buscar el
moisés que estaba guardado en la parte más alta de un Placard. Como era de
prever, aparecieron mantas, escarpines y demás objetos que nos emocionaron y
llenaron de recuerdos. En eso me vino a la memoria un porte-enfant que yo había
comprado para su hijo menor y que no había usado nunca por ser muy pequeño para el,
entonces con la mayor naturalidad le pedí que lo buscara, así mi amiga podía aprovecharlo. El gesto que hizo mi hermana fue confuso y
difícil de describir, aunque sí quedo muy claro que ese día no iba a dármelo.
Acto seguido y sin agregar nada, se estiro con esfuerzo y saco del fondo una
caja "especial" en la que ella "guarda todo aquello que me será dado
cuando yo decida cumplir su anhelo de SER TÍA"... ahí estaba el famoso y flamante
porte-enfant.
Demasiadas reflexiones las de ese día....
1 comentario:
Muy emotivo tu relato. Te felicito por tu blog
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